Los esenciales precarizados
#NiUnRepartidorMenos 1 de Julio Paro Internacional de Repartidores
“En tu pedido va mi vida”
El primero de julio miles de trabajadores dedicados a repartir productos pero principalmente comida a domicilio, realizarán un paro internacional. Los trabajadores del reparto de distintos países desde hace semanas se han organizado virtualmente para realizar a un mismo tiempo un paro internacional en el que participarán repartidores de México, Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Venezuela, Guatemala, Ecuador, Perú y España.
Son trabajadores emergentes precarizados cuyo patrón es una aplicación para el teléfono (App), sin contacto con su empleador, deben seguir instrucciones electrónicas para realizar un trabajo que expone sus vidas, ya sea en medio del trafico desquiciado de las grandes urbes en dónde son considerados usuarios de segunda clase, por ir a pie, en bicicleta, motocicleta o por sobreexposición a contagiarse del virus que tiene en jaque a la humanidad.
Una de las partes nobles de su trabajo, es que pueden ser de gran ayuda para aquellos que por incapacidad o por sobrecarga de trabajo deben hacer uso de sus servicios y desde el comienzo de la cuarentena los repartidores se volvieron «los otros esenciales», porque la mitad menos jodida de la población que sí pudo quedarse en casa, solicitó sus servicios, no por incapacidad, sino para no tomar riesgos de contagio durante la pandemia, para conseguir lo que a criterio de cada quien considera indispensable; así mientras unos les piden hacer las compras de víveres, desinfectantes y artículos de primera necesidad, otros (los más) piden comida preparada por otros y muchos piden que los repartidores les lleven bebidas alcohólicas y cigarros, porque consideran que está bien que otro ser humano arriesgue su vida por satisfacer sus vicios. Está actitud de los clientes o “comensales” como les llaman los repartidores, de exponer a otros para que hagan los que yo no quiero hacer para no poner en riesgo mi vida, en realidad lo que hace es cerrar la tenaza del capitalismo consumista, usando la pobreza, la necesidad de sobrevivencia económica para que otros expongan su vida por mí, acción que por sí misma, devalúa la vida de los repartidores, vida que se expone por tu pedido.
Cuando se habla de los “héroes” de la pandemia, se piensa en los trabajadores del sector salud y no en todos los trabajadores y trabajadoras que pudieron hacer posible su “romántico y molesto” encierro de cuarentena, no se incluye entre los héroes a los campesinos que no pueden dejar de trabajar la tierra porque no habría comida, ni a los obreros que procesan los bienes primarios para que usted los use, y por supuesto no se incluye a los que hacen posible que en la seguridad de su casa, lleguen los productos para mantener su comodidad salvaguardada.
Miles de repartidores que todos los días arriesgan su vida, no sólo por la pandemia, que son tratados con desprecio, con actitudes clasistas, con racismo y xenofobia se hartaron y este primero de julio en México, Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Venezuela, Guatemala, Ecuador, Perú y España, gritarán ¡En tu pedido va mi vida!
En el culmen de la civilización humana la comodidad se ha convertido en sinónimo de éxito, pero independientemente de que por uso común la palabra éxito se asocie a ganar o a triunfar, la realidad es que viene del latín exitus cuyo significado es salida. El éxito en nuestra sociedad no es haber encontrado la salida a un sistema civilizatorio autodestructivo, al contrario el éxito significa tener la capacidad de conseguir lo que quieres sin importar cómo. Una civilización diseñada en la competencia y no en la solidaridad obtiene como resultado ganadores, personas que les ganaron a otras personas, y los “perdedores” sienten que al no haber logrado un buen “puesto”, no poder ser esclavos de un buen patrón, no tener una buena casa, o buen auto son fracasados, son muy pocos los seres humanos que verdaderamente encontraron la salida a través de una vida en armonía, de solidaridad y sin competencias. Hoy tu comodidad, sin lugar a dudas debe miles de vidas humanas.
Miles de repartidores enfermos de Covid-19, muchos han perdido la vida y no existe un protocolo de salud que los proteja, con un sueldo precario y las míseras propinas, ellos deben comprar los cubrebocas, guantes, caretas y productos antibacteriales, el gasto en higienes se les incrementa, cada vez que regresan a sus casas deben seguir los mismos protocolos de los trabajares de salud, siempre con la preocupación de contagiar a sus familias por la alta exposición al virus que tienen al estar en contacto con miles de personas durante el día.
Desde hace un año se han organizado para enfrentar los diversos abusos y acosos que viven en las calles, son miles que a pie, en bicicletas y motocicletas, todos los días deben salir a ganarse la vida arriesgándola por “tu pedido”, por tu comodidad. Llevan una “Bitácora de Acosos”, una “Bitácora de Guerra” como ellos llaman al registro de accidentes en los que se han visto involucrados. Y cuentan a sus muertos. Hoy se pueden observar decenas de cascos, mochilas y bicicletas blancas colgadas en los postes como memoriales para que las “aplicaciones” (como ellos llaman a sus patrones) y la sociedad puedan reconocer y no olvidar en donde fue muerto un repartidor: Así en los últimos años, perdieron la vida en la Ciudad de México: José Matías, Saúl García, Miguel Jiménez, Ximena Callejas, Arturo Reynoso, Karen Flores, César Arvizu, Ramsés Ávila y muchos más que los familiares no quieren que sean mencionados y otros que ellos no tienen registro porque no están en contacto con su organización #NiUnRepartidorMenos.
Saúl nos cuenta sobre sus compañeros muertos: “José Manuel Matías era el que apoyaba a su mamá con el gasto de la casa y veía por ella, el día que murió José Manuel era su primer día en UberEats y no regreso a casa… Ximena iba a su casa después de una jornada de trabajo estaba a unas calles de su casa pero en Río San Joaquín y Lago Hielmar un doble remolque acabó con su vida, ella iría de visita en diciembre a Cancún a ver a su mamá y ya no pudo y fue su mamá la que tuvo que venir a reconocer su cuerpo en mayo”.
- Este 1ro de julio también rendirán homenaje a los repartidores que se llevó la precarización, colgando cajas y cascos blancos para recordarlos y seguir exigiendo justicia por ellos.
Saúl Gómez es repartidor en la Ciudad de México, tiene 34 años, es promotor del paro internacional y cofundador de #NiUnRepartidorMenos, tuvimos la oportunidad de conversar con él, en una entrevista virtual en exclusiva en la que nos compartió el porqué de su lucha:
“Detrás de cosas tan chingonas como pedir a través de tu celular, existe una verdadera chinga para hacer llegar ese pedido a casa, llevo casi 4 (años) en aplicación, es un trabajo muy padre por la libertad que te vende, pero es peligroso, qué te puedo decir, me he enterado de muchas cosas que no sé cómo agradecerle a Dios o al destino que no me pasen a mi o a mis amigos o conocidos; ser repartidor es saber que estás en peligro constante por hacer esto, eres el blanco fácil de los rateros.
Para empezar a trabajar de repartidor uno busca información a través de otros y pues te van diciendo; Baja la aplicación, sube tus documentos, INE, comprobante de domicilio, cuenta bancaria y tus sellos, los sellos son tu E-Firma y tus llaves digitales que te brinda el SAT cuando te vas a dar de alta, muchos estamos en el RIF, si no tienes sellos te van a dar un tiempo para que los tengas y los subas, luego llegas al centro de atención para activarte, en el caso de Uber, listo te activan y a trabajar. La aplicación es interactiva y te dice todo lo que tienes que hacer, Sin delantal y DidiFood te mandan una capacitación en video y Rappi también antes era presencial, pero con la pandemia pasó a ser digital” Nos cuenta Saúl y continúa diciendo:
“Las capacitaciones son para saber cómo hacer los pedidos y que aprendas que el cliente siempre tiene la razón. El negocio es de las aplicaciones, por ejemplo una pizza te sale en 79 (pesos), cuando yo te la llevo Uber ya te cobro 120, de ahí de base son 16 pesos, más dinámica, esto quiere decir que hay un multiplicador, por un pedido se puede ganar de 16 hasta 30 pesos más multiplicador” nos dice Saúl y nos cuenta: “Pues como te explicaba somos un blanco fácil para la delincuencia; Nos roban la bici, la moto, la mochila, el celular y el dinero. Hace unos días en La Nápoles una compañera fue violada y golpeada por un comensal y nosotros no podemos denunciar porque le corresponde a la compañera decidir si denunciará o no. Somos discriminados en muchos sitios por el hecho de ser Repartidor, nuestras compañeras viven situaciones de acoso y de abuso, nos discriminan a veces negándote la entrada al establecimiento, negándonos poder pasar a usar el sanitario, a veces cuando ya muchos se retiran a sus casas, los discriminan en el transporte y cuando tenemos un percance siempre somos tratados como el culpable”.
Han pensado en organizarse para formar una cooperativa de repartidores y hacer su propia aplicación, pero por ahora no quieren abandonar a sus compañeras y compañeros que trabajan con las aplicaciones. “Sería abandonarlos y lo cierto es que nos necesitamos, somos bastantes y por ahora la lucha es por los derechos laborales”
Sus demandas en este Paro Internacional de Repartidores son:
- Pagos Justos
- Seguro de vida
- Seguros contra robos.
- Seguridad Social.
- Que se valore el trabajo de las y los repartidores.
- Mejores Protocolos de entrega. Por ejemplo que se le pida al comensal (cliente) un código para recibir, que se les obligue a que no puedan recibir en calzones o desnudos los pedidos.
- Kits Sanitarios con antibacteriales, cubrebocas, caretas, guantes de látex; las aplicaciones necesitan dotarlos de Kits de higiene necesarios ante la pandemia.
- Revisión a las cuentas inhabilitadas de todos sus compañeros en todas las plataformas.
- Protocolo de tiempo; que las aplicaciones empiecen a pagar por el tiempo de espera; hay restaurantes en que un repartidor debe esperar hasta 2 horas por un pedido y reduce sus posibilidades de más entregas.
- Qué el gobierno cumpla la prohibición de despidos durante la cuarentena.
Antes de despedirnos le pregunto a Saúl Gómez si hay algo más que quiera compartirnos y nos dice: “UberEats ha sido la única empresa que no nos brindó nada, solo reembolsos y eso apenas hace un mes, cuando era necesario jamás habló del tema. Y quiero recordarles a las aplicaciones que sin el factor humano o sea nosotros los repartidores, no son ni serían nada, por más tecnología moderna que sean.”
Agradezco su entrevista y le comento que el artículo se llamará «“Los otros esenciales” #NiUnRepartidorMenos 1 de Julio Paro Internacional de Repartidores» y se despide diciéndome “Esenciales precarizados, un abrazo”.
Durante su reunión virtual internacional realizada por los repartidores para coordinar su movimiento, la principal consigna es que si la precarización es internacional, la solidaridad entre trabajadoras y trabajadores también lo será. Ellas y ellos comenzarán a dar los primeros pasos para formar sus sindicatos. También acordaron invitar a los distintos movimientos de trabajadores precarizados de sus regiones.
- En plena crisis capitalista, son los jóvenes los que deberán tomar la vanguardia de la lucha para rescatar al planeta del capitalismo depredador, la lucha por la vida en la Tierra, también pasa por la defensa de todos los derechos para todos.
Es necesario que la reivindicación de todos los derechos para todos y el rechazo a la precarización del trabajo y de la vida sea una demanda de toda la sociedad.
No podemos seguir solapando a quienes explotan las riquezas naturales y los trabajadores para incrementar sus ganancias y su poder.
Los invitamos a sumarse a esta jornada internacional de los trabajadores repartidores de las App. Este 1° de julio la cita en la Ciudad de México es en la glorieta de la fuente de Cibeles a las 18 hrs.
El lograr una sociedad solidaria y justa es tarea de todos.
La vida es una construcción consciente.
Iván Uranga