México Racista
Origen del Racismo;
Eugenesia y Racismo posrevolucionario;
Semana Internacional contra el Racismo ONU;
Las disculpas de AMLO.
No hay nada que refleje más la miseria antropológica de un pueblo como el racismo. Los movimientos extremistas y racistas de diversa índole, basados en ideologías que pretenden promover el nacionalismo desde la derecha, así como la superioridad racial y la discriminación racial, la xenofobia y las formas de intolerancia que dirigen sus acciones etnias diferentes a la suya, a migrantes y refugiados, así como a personas de ascendencia asiática o africana son las formas más reconocidas del racismo en el mundo. Pero existe una forma más peligrosa para los pueblos que es el rechazo a tu propio origen étnico por considerarlo inferior a los grupos étnicos económica o socialmente predominantes, esta miseria antropológica lleva a los pueblos y a los seres humanos en lo individual a marginarse y estigmatizarse a sí mismos a través del otro.
Las innumerables conquistas de un pueblo a otro a través de la historia de la humanidad han ido creando el sometimiento étnico, al considerar al pueblo que sometió por la fuerza al otro como superior. Cada persona y pueblo adquirió diferentes formas culturales determinadas por su medio y sus propias necesidades, esto fue matizando todas sus expresiones y formas incluso antropomórficas, es decir; mientras los grupos nórdicos requerían una tez blanca para asimilar más la poca luz solar, en algunas regiones de áfrica requerían una piel más negra para tolerar más sol, así mismo sucedió con rasgos, porque para poder calentar el aire que se respira en climas fríos se necesita una nariz recta que es diferente a la nariz chata que debe ser ancha y pequeña para climas más cálidos en los cuales el aire del ambiente tiene mayor temperatura. Lo que se come, lo que se viste y los ritos de cada pueblo los fueron haciendo conceptualmente diferentes, así que para cuando se dieron las migraciones y surgieron los encuentros de las diversas culturas, las diferentes creencias adquiridas y formas culturales fueron tantas que los pueblos bárbaros, los más fuertes, los conquistadores impusieron sus formas y creencias culturales a los conquistados aunque esta no correspondiera al entorno; los sonidos, las flores, los frutos, los animales, los sabores, la lengua, los dioses, la vestimenta, los climas, los tiempos mismos de la naturaleza han sido forzados por el conquistador bajo la premisa de que su forma de ver y sentir el mundo es “la mejor” y debe ser adoptada por los pueblos sometidos.
Este sometimiento ha llevado a los pueblos conquistados alrededor del mundo a rechazar su propio origen étnico por sobrevivencia e imitar al conquistador como símbolo de poder y querer “cruzarse” con el conquistador “para mejorar la raza”. Los pueblos con condiciones climáticas más desfavorables para la obtención de alimentos se volvieron más hostiles con las otras etnias, en tanto que la sobrevivencia era más difícil, por lo que en cuanto faltaba la comida invadían a los otros pueblos por sobrevivencia, esta condición ha generado una condición antropológica de conquista de las etnias que poblaron el norte de Europa, por lo que la piel de color blanco se impuso como reflejo de poder y mayor sobrevivencia.
La Eugenesia es una doctrina que pretende manipular a voluntad las características humanas para “mejorar a la especie” que surgió en el continente europeo durante la segunda mitad del siglo XIX, en donde fue definida como ciencia y por lo tanto podía ser aplicada para engendrar una raza fuerte y sana como verdadero sustento de las naciones y un signo de progreso y modernidad, este es el concepto que da forma al fascismo en el mundo. Esta disciplina en la práctica fue matizada y adaptada a las diferentes realidades nacionales. La eugenesia denominada dura y negativa, adoptada por países anglosajones como Inglaterra, Alemania y los Estados Unidos, se enfocó particularmente a aspectos biológicos-raciales. Por otro lado, la eugenesia blanda y positiva adoptada por Francia, cuya influencia se hizo sentir en los países latinoamericanos, entre ellos México, pugnó por mejorar las condiciones ambientales, por la profilaxis social mediante la higiene y la educación, y la intervención del Estado para el establecimiento de campañas sanitarias y la formulación de políticas públicas para la protección materno-infantil. Por ello, la población se incrementaría en condiciones saludables y al mismo tiempo se corregirían vicios sociales como el alcoholismo y la prostitución.
Al iniciar el México posrevolucionario el ingeniero Félix F. Palavicini, director del diario El Universal, organiza el “Primer Congreso Mexicano del Niño”, evento que fue inaugurado en la Escuela Nacional Preparatoria el 2 de enero de 1921 por José Vasconcelos siendo rector de la Universidad Nacional de México ahí surge el lema actual de la UNAM “Por Mi Raza Hablará el Espíritu”, ese mismo año el 12 de octubre se convertiría en el primer secretario de Educación Pública. En este evento, considerado como un santuario científico, los términos degeneración, regeneración y mejoramiento de la raza se hicieron patentes en la Sección de Eugenesia, y se planteó que “dado que el mundo le debía más a los blancos que a otras razas, México debía potenciar la inmigración de éstos, conseguir “cruzamientos favorables a nuestra raza (…) Por el contrario, deberían evitarse las uniones con hombres de raza amarilla y negra” (El total de las ponencias pueden consultarse en las Memorias del primer Congreso Mexicano del Niño)
El concepto permea tanto en la construcción del México posrevolucionario que en el Segundo Congreso Mexicano del Niño (1923), Vasconcelos lo defiende y resalta la importancia del adoctrinamiento de los niños para mejorar las familias mexicanas. En 1929 se crea el Servicio de Higiene Infantil, bajo el mando del eugenista Isidro Espinosa de los Reyes, “para proteger la salud e higiene de los niños y para preservar la raza mexicana” y cuyo nombre lleva actualmente el Instituto Nacional de Perinatología. Así, el mejoramiento de la raza se convierte en toda una política pública y surgen leyes como la de “Eugenesia y Salud Mental” en 1932 que permitía la esterilización en la búsqueda de mejorar la raza. (Agradecemos la información sobre la Eugenesia a Xiomara Ramírez @xiomirb)
Increíblemente es hasta 2014 que las prácticas de esterilización forzada por los gobiernos neoliberales a mujeres indígenas en México fueron detenidas, es hasta hace 5 año. Bajo pretextos de salud o control natal seguían exterminando a los pueblos originarios al mismo tiempo que van tomando sus territorios. Por lo que existen delitos comprobables de genocidio por los que independientemente del perdón de AMLO, Enrique Peña Nieto deberá responder.
Así es como los mexicanos hemos mamado por todos y cada uno de los canales posibles el racismo, primero como pueblos sometidos por los imperios prehispánicos, después durante el hispanismo, la independencia, la revolución y el México posrevolucionario se han encargado de educarnos permanentemente para el racismo. Hemos heredado un país con profundos rencores, con una negación permanente de lo que somos “por sobrevivencia” con una cultura impuesta de veneración a los blancos como símbolo de poder y pureza donde la comida y los modales mientras más refinados son mejores y mientras más blanquita sea la criatura mejores posibilidades de sobrevivencia tendrá.
Por lo que es “normal” menospreciar al otro dependiendo su grado de prietez, buscar una pareja de tez más clara, y dar preferencia en toda actividad humana, servicios, leyes, consciente e inconscientemente a los de tez más clara.
El 21 de marzo se celebra en el mundo Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, y justo esta es la semana que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó como la Semana de solidaridad con los pueblos que luchan contra el racismo y la discriminación racial y hace un llamado a los pueblos del mundo para que todos hagamos un mayor esfuerzo por remediar las fisuras y la polarización que son tan frecuentes en las sociedades actuales. Debemos fomentar la comprensión mutua e invertir para lograr que triunfe la diversidad. Y debemos manifestar nuestra oposición y rechazo a cualquier forma de discriminación racial.
Es en este México que el Presidente Andrés Manuel López Obrador pide de la peor forma posible a la corona española y al vaticano que “exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios causados” desde el “asesinato de Cuauhtémoc, último mandatario azteca, en 1525” hasta la Independencia. Más allá de que es necesario un proceso global de reconciliación humana, por todos los abusos cometidos por todos los imperios y poderes del mundo, y que existe toda una justificación ética para solicitar la disculpa pública de España y del Vaticano, la disculpa que solicita AMLO viola el “Tratado Definitivo de Paz y Amistad Entre la República Mexicana y S.M.C. la Reina Gobernadora de España» firmado el 29 de diciembre de 1836 que está vigente a la fecha que garantiza el olvido total y la amnistía y que primero debe desconocer para porque no van a reconocer de buena fe los despojos a los pueblos de américa y muchos de Europa.
Si no hay verdad, justicia, reparación del daño y garantía de la no repetición, no puede haber perdón, ni para los Borbones, ni para los Salinas, ni para Calderón, ni para el PRI, Peña ni ninguno de los atlacomulcos. Nada de eso ha sucedido. Es un ejercicio más de simulación, como los muchos que han hecho los gobiernos de México, sin importar el signo político al que representen. La simulación es también herencia del cinismo del conquistador. Si tiene tantas ganas de defender al pueblo de México ahí está su vecino incomodo que robó la mitad del territorio mexicano y cuyo presidente actual Donald Trump ha referido los peores insultos pública y abiertamente contra los connacionales mientras guarda silencio.
El Presidente López Obrador debe comenzar en casa. La defensa de los derechos de los pueblos originarios que ahora defiende ante Europa, es incongruente en tanto que su gobierno ha demostrado por vía de los hechos que siguen abusando y violentando esos mismos derechos bajo el pretexto de la necesidad de las mayorías, que fue el mismo pretexto empleado por el vaticano y la corona española. Siguen los proyectos extractivistas, siguen destruyendo tierras con megaproyectos, minas y termoeléctricas, afectando la biosfera con proyectos turísticos y priorizando los combustibles fósiles por encima del medio ambiente y de la vida.
AMLO debe ofrecer disculpas a los pueblos originarios y comenzar por dejar de despojarlos de su tierra y su cultura y no intentar sorprender al más vil estilo neoliberal y llamar a los pueblos del Istmo a la consulta que lo obliga la ley en México y el 169 de la OIT con sólo 2 día de anticipación y en lo oscurito para este 30 y 31 de marzo para decidir sobre el tan promovido proyecto neoliberal del Corredor Transistmico que desde Vicente Fox han intentado imponer.
Con el gran distractor nacional de “las disculpas” el gobierno federal ha conseguido no solo la polarización entre chairos y fifís que cultiva en cada conferencia mañanera, ahora la polarización de la sociedad se da entre los güeros y los prietos; los prietos antropológicamente encabronados por el sometimiento milenario, que quieren ya no justicia, sino una simple disculpa que significaría el reconocimiento de su existencia y su condición de persona y los güeros que agradecen profundamente La Conquista porque les ha permitido vivir con privilegios y consideraciones que no tendrían si su piel fuera más oscura. O como decía mi abuela “el único lugar de México en donde no discriminan es en el tianguis ahí todas somos güeritas”.
Mientras sin importarle el color de piel, el capitalismo sigue su marcha triunfante por las economías y los territorios del mundo. Surgimos como especie sin razas, nacemos sin odios ni racismos, es tiempo de desaprender; que comencemos a respetarnos respetando al otro, el racismo siempre es ignorancia.
La vida es una construcción consciente.