La libertad se hace florecer todos los días si te decides a romper cadenas, encierros y esclavitudes
Reclusorio Molino de las Flores
Texcoco, Estado de México a 10 de Julio de 2016.
Compañeras y Compañeros egresados de las Preparatorias 55 y 224
Compañeras y Compañeros egresados de la Universidad Revolución
Compañeras y Compañeros profesores
Señoras y Señores
Hermanas y Hermanos
Les saludo con cariño y respeto en este día de fiesta, desde la cárcel, anhelando con todo mi ser estar con ustedes.
El encierro no obsta para despedir a la generación número 26 de egresados en la Prepa 55 fundada hace 28 años; para felicitar también a la generación número ocho de la Prepa 224, Chocolín; y , para congratularnos orgullosamente por abrazar a nuestra tercer generación de la licenciatura en Desarrollo Local Sustentable de la Universidad Revolución, fundada hace ya seis años.
Se preguntarán que cosa tiene que decirles un maestro preso, en este día de júbilo. Lo que tiene por decir es lo que más valioso tiene: esto que ha aprendido en dos años de prisión.
Escribió un día Inocencio Mireles:
“A los fantasmas no nos duele el encierro,
Más bien nos mata el olvido.”
Y me empeño en que ustedes no olviden hacer florecer todos los días la libertad.
Y la libertad se hace florecer todos los días si te decides a romper cadenas, encierros y esclavitudes.
Y la libertad florece cuando al día de hoy lo miras como el nuevo comienzo para la misión más lejana en favor de la mente, la gente y el ambiente. Cuando tus brazos y corazón bondadosos son depositados como semillas en los surcos de la vida.
Si miramos con cuidado hacia el pasado, los maestros y maestras que ofrecieron su esfuerzo en las aulas; los padres y madres que invirtieron su amor sincero para que vinieras a la escuela; la fundación de nuestros proyectos educativos; así como tu dedicada tarea en los libros o la computadora; son todas, letras mayúsculas de la LIBERTAD, en la que se fecunda inexorablemente la conciencia y el espíritu.
No hay día de cansancio, de extenuación o ruda jornada que se compare con la humillación y pesadumbre de un día de reclusión injusta. El oficio, el desempeño más humilde o sencillo es altamente luminoso frente a la oscuridad de la prisión. Y la prisión es el enclave del poder para confinar anta todo a los ignorantes, a los pobres y a los rebeldes opositores.
He visto a docenas de reclusos, sobre todo jóvenes, quedarse mudos ante el juez, indefensos, paralizados. Los veo valientes y salvajes insultando a los suyos, golpeando a los suyos, pero inermes como corderitos ante los custodios abusivos o los abogados ruines. Los veo en alardes por sus delitos irrespetuosos siempre contra el más débil, pero inútiles y lastimeros cuando tienen que defender sus derechos o cuando tienen que escribir un oficio.
Y por eso, bien haya la escuela, bien haya la maestra exigente, bien haya la tarea obligatoria, el examen, la clase, la asistencia, la práctica de laboratorio, la tarea en casa que desvela, el trabajo por equipo, el pase de lista, la asamblea del consejo, el plan de curso…el regaño de papá o mamá para levantarse temprano, su exigencia para estudiar, su testarudez para que seas “alguien en la vida”, para que “no te quedes como yo”. Bien haya el amanecer y anochecer que te acompaña en los días de estudiante o de profesores o de padre de familia… en libertad.
He aprendido que las palabras valen, si las haces valer. El lenguaje es parte del cuerpo, es arma poderosa para defenderse o para acariciar. Pero la palabra no llega al pensamiento como el aire a la nariz. Hay que leerla, escucharla, escribirla, vivirla en todo su ancho, practicarla en toda su consecuencia y para ello es la escuela y para ellos somos los maestros. Cultivar las palabras, los lenguajes, los discursos y las formas de ser desde el pensamiento creativo equivale todo, a la LIBERTAD, y la libertad espera florecer en cada acto, en cada hombre o en cada mujer que no está conforme en sus límites, sus dolencias o carencias.
Y en el florecimiento de la libertad somos indispensables, todos y nos es indispensable cada minuto del día sabemos que cada día es una porción de la impecable labor para darnos la forma que el tiempo nos exige.
Les abrazo amorosamente y dedico a ustedes una frase de Federico Nietzche:
“Que el porvenir y las cosas más lejanas
Sean la regla de todos los días presentes”
OSCAR HERNANDEZ NERI
www.niunpresuntoculpablemas.org
¡Que florezca la libertad y se multipliquen los caminos de lucha!
¡Nos faltan 43!
¡Hasta la victoria CNTE!