Mi virus
Luego de hallar entre sus documentos, el mío, la señorita a cargo de la oficina del Centro de Salud ubicado atrás de la Prepa 7, en la colonia Merced Balbuena de la CDMX, alzó su rostro hacia mí, con azoro y cubriendo su boca con su mano derecha exclamó: “¡es usted positivo!”. Suspiré resignado. La dama me miró con lástima y sugirió que pasara con la doctora. Ésta me hizo varias preguntas. “No entiendo”, dijo, y ordenó: “vamos con el Director”. Era la mañana del 29 de diciembre del 2020.
El Director de dicho Centro leyó el reporte que sus auxiliares le habían entregado; a las mismas preguntas agregó otras. “¿Entonces no tiene ningún síntoma?” “¡Qué raro!”, agregó. Me entregó una receta y una bolsa de cartón, indicando cuatro medicamentos, aunque en la bolsa solo había las tres primeros: 6 tabletas de Ivermectina 6mg; 3 tabletas de Azitromicina 500mg; Paracetamol 500mg y Aspirina 300mg. “Tómeselas por dos días y resguárdese una semana en su recámara. Si tiene malestar se toma las dos segundas”. Cogí mi bolsita y salí pensativo.
De antemano díjeme a mi mismo: “mi mismo, ¡a ver si como roncas duermes!”
Y es que, como buen partidario del Dr. Tedras Adhanom Ghebreyesus, que trabaja como Director de la OMS, intenté seguir sus recomendaciones: “pruebas, pruebas y más pruebas”, para detectar al SARS-COV-2. Pero recuérdese que en México, las autoridades se habían opuesto de todas las maneras posibles a que los mexicanos nos realizáramos las famosas pruebas hasta que, a fines de octubre, se empezaron a realizar en la CDMX. Así que pude realizarme una “rápida”. Salió “negativo”, pero me enteré que se daban errores. Entonces me realicé una segunda prueba “rápida”. Volvió a salir “negativo”. Me tranquilicé.
Luego supe que Miguel Ángel, uno de mis hermanos, el 15 de diciembre se había hecho una prueba PCR, más estricta y confiable que las “rápidas” y salió “negativo” pero en la noche se puso grave y amaneció en el hospital con el diagnóstico “muy grave”. Entonces opté por realizarme, el 22 de diciembre, una tercera prueba y ahora PCR. “En ocho días le damos sus resultados”, me dijeron. Pero no esperé los 8 días y me presenté el día 29, con el resultado citado.
Luego de esta fecha seguí las instrucciones médicas. Avisé a 10/15 personas con las que había coincidido mientras estuve “contagiado” sin saberlo, para que tomaran sus precauciones. Pero nada malo noté en mi salud, ni en la de ellos, afortunadamente. Seguí haciendo mi vida normal con mis ejercicios del diario y de casi siempre: correr grandes distancias, Yoga, Chikung, KungFu, alimentándome con base en frutas, verduras, legumbres y mucha agua, leyendo, escribiendo,…. El 5 de enero volví a buscar al médico del Centro de Salud. “¿Qué sigue, debo hacerme otra prueba?”, pregunté. “Sí, pero no hay material y…”. Volvió a interrogarme y con otras preguntas sobre mis hábitos de vida. “¡Esa es la explicación!”, exclamó. “Con su forma de vida, Usted ha desarrollado dos características poco comunes en México. Es Resistente y Tolerante a las enfermedades. Así deberíamos vivir todos”.
La conclusión del médico me tranquilizó. Además de asintomático soy resistente y tolerante a las enfermedades. Vaya. Pero, aún sin terminar de suspirar por tan buena noticia, recordé que Paola Espinoza, mi novia eh, se había contagiado del nuevo coronavirus y había estado delicada. ¡Y es medallista olímpica! Recordé también que la campeona Steffie Gómez (ella no es mi novia sino solo mi compañera en la Facultad de Derecho), una de las pocas personas que ha atravesado el Canal de la Mancha (¡14 horas nadando!), también se había contagiado. Entonces, si las atletas se contagian ¿por qué yo no? Concluí la verdad: nadie está a salvo de la Covid-19. Cualquiera se puede contagiar, enfermar y morir pronto.
Entonces todos debemos cuidarnos más y más. Y aunque uno sea asintomático y resistente y tolerante a las enfermedades, uno puede contagiar. Mejor no arriesgarse ni arriesgar a nadie. No hay que ser irresponsable, como nuestro H Presidente, que ni cubre bocas usa.
En el lapso de la pandemia he perdido a dos primas, un primo y un sobrino (y uno de mis carnales casi se nos va. Afortunadamente ya viene de regreso); También se me han adelantado muchas amistades y un sinnúmero de compañeros y compañeras de los diferentes campos en los que incursiono de puro gusto, la política, el periodismo, el atletismo, las artes marciales, la literatura, el derecho, la economía, la academia, la lucha social y vecinal. Y ahora hasta de terapeuta ando, con buenos resultados hasta el momento. Sé que a otros miles de personas, ha ocurrido situación similar. O peor.
La lista de personas contagiadas por la Covid-19 y fallecidas por el mismo motivo, no deja de crecer, a pesar del “semáforo naranja”. A la fecha (17 de febrero) van 2 millones 4 mil 575 contagiados y 175 mil 986 fallecidos, en números oficiales ya que, como todos saben, en la realidad ambas cifras son mucho más abultadas. Vivimos toda una tragedia nacional agravada por los “estrategas” del gobierno. Y ahí está a la vista, se nos viene encima, el caos de la vacunación.
De ahí que, este anciano decrépito de la cuarta edad, además de dar las gracias a todos los dioses, a la naturaleza, a la vida y a mis queridos progenitores, porque a pesar de mi virus aquí estoy, vivo, sano y dando lata, sigo insistiendo a mis cuatro o cinco lectores y lectoras, que se cuiden mas, alimentándose a base de frutas, verduras, legumbres, agua, y ejercitándose diario, no para que estén guapos, como este servidor, sino sanos y salvos. Si nos agarra (o vuelve a agarrar), el SARS-COV-2, nuestro cuerpecito se puede defender mejor, ¿va?
Aparte de mis sugerencias expuestas, sigo rogando, orando, pronunciando mantras y sutras, haciendo “chonguitos”, – y echándole porras a todo el personal médico (en cuyos hospitales ya no hay camas disponibles ni equipo, ni oxigeno) y familiares de víctimas del nuevo virus – para que ya no haya más fallecidos ni contagiados por la pandemia. ¿Seguimos sumando buenas vibras para ello?
Olvidaba decirles, mis estimados, y no se rían por fa, que el 12 de enero recibí una llamada del Instituto… de Adultos Mayores; Me dijeron “queremos avisarle que su prueba de virus, del 22 de diciembre, resultó positiva y…. Pronto va a recibir un kit con 1 mil 500 pesos y algunas medicinas y….” El tal Kit aún no me llega. ¡Ni me llegará, diría don Teofilito! ¡Sí, esa es la eficiencia de la 4T!
Notitas: Una.– Que está muy jalada de los pelos, la ocurrencia de nuestro H Presidente, de ir a la ONU a pedir que las vacunas se distribuyan de acuerdo a la población de cada país. ¡No manche señor don Peje! Si se hiciera así, entre China e India, se acababan todas las vacunas. Y hoy, el carnal Marcelo, jura y perjura que “ya tenemos aseguradas la compra de 234 millones de vacunas, provenientes de 7 empresas”. ¿Quién los entiende? Dos.- Que si se hubiera destinado dinero suficiente y a tiempo para adquirir las vacunas, no hubiera sido necesario que EU primero y ahora la India, nos donaran millón y medio de dosis entre ambos. Tres.- Que así como el gobierno convirtió al país en la zona del mundo en la que peor se enfrenta la pandemia, ahora somos la nación que menos vacunas ha puesto entre sus habitantes, 75 mil con las dos dosis. EU lleva vacunadas a 45 millones de personas. Por cierto, ¿para qué sirvió que nos hayamos registrado para la vacunación, si hay que ir a formarse? Respuesta: Es que hay un Plan de Vacunación que no es Plan sino ocurrencias de Plan de Vacunación. ¡Sí, como cuando anuncian que “inauguran el aeropuerto más grande del mundo”, cuando ni siquiera está terminado! Cuatro.- Que ya lo dijo el Presidente (hoy, 17 de febrero): sobre el meollo de los apagones “…se están adaptando las generadores de electricidad de la CFE para que consuman combustóleo y carbón en lugar de gas”. ¿O sea que seguiremos contaminando el medio ambiente? ¡Yes! Cinco.- Que sigo de emergente terapeuta y nutricionista, con buenos resultados, de tres pacientes post covid-19. Por si a alguien se le ofrece, le echo la mano. Seis.- Que por fa, hay que cuidarse más, más y más. ¿Va? Ya saben, ingerir mucha agua, muchas frutas y muchas verduras y legumbres. Y hacer ejercicio diario y dormir bien.
Correo E hernandez-jimenez2012@hotmail.com
México, CDMX, a 17 de Febrero del 2021.
Muy buen artículo, tristemente cierto!!!