La dignidad está por encima de la defensa de la vida

Tan solo la moralidad en nuestras acciones puede darle belleza y dignidad a la vida.
Albert Einstein

La dignidad está por encima de la defensa de la vida

Existen muy pocas cosas que están por encima de la defensa de la vida humana, y la dignidad es una de ellas. Para aquellos seres humanos que nacen, se reproducen y mueren, no es importante mi reflexión así que pueden pasar de ella, pero para aquellos seres humanos para los cuales su dignidad y la dignidad de los demás seres humanos es imprescindible, inalienable e irreductible sabrán de qué hablo.

La dignidad es un valor intrínseco y no depende de factores externos, pero si definitiva y totalmente de los valores internos de cada persona, es decir; la dignidad actualmente es fundamento de los derechos humanos, en donde se dice que cada uno de nosotros es poseedor de una dignidad, somos dignos por el hecho de ser; es ahí donde ocurre el conflicto primario, porque el primer requisito para ser digno es tener conciencia del “ser”, es decir; saberse humanos y todo saber requiere ser parte integral del ser, así que personas como Trump, Marcon, Bolsonaro, Piñera, Calderón, Bonilla y miles de fascistas más no son personas humanas, son “personas económicas” y por ende no pueden ser dignos.

Partiendo del significado etimológico, el término dignidad, proveniente del latín dignitas, cuya raíz es dignus, que significa “excelencia”, “grandeza” y en su uso actual cada persona humana es digna por serlo, así, la palabra dignidad en nuestra época significaría la grandeza y la excelencia de ser humano es decir; la inteligencia, la sensibilidad, el amor, la sabiduría, la solidaridad, el respeto, la ternura, el valor, la fe y la esperanza entre otros que son propiedades del ser humano digo y todas son intangibles, por lo que aquellos de nuestra especie que fundamentan su existencia en el tener, no alcanzan la denominación de persona humana, porque fundamentan su existencia en lo tangible y las cosas no pueden ser dignas, por lo que aquellos que creen que valen en función de cosas como el dinero o la propiedades no pueden ser dignos, ellos reflejan la “bajeza” del ser humano, es decir; son indignos.

Si alguien considera que por ocupar un cargo “importante” en el gobierno, la política, los medios, las empresas, o porque tienen más recursos económicos que los demás, merece un trato especial por ser “más digno”, se equivoca porque lo único que tiene es más poder que lo hace menos humano y por ende, menos digno. De ahí que deba existir una relación entre dignidad humana y los derechos humanos.

Todos los seres humanos que somos capaces de sabernos humanos somos iguales, en la medida en que todos somos portadores de una dignidad común, y por encima de todas las diferencias que nos individualizan y nos distinguen unos de los otros, es decir, todo ser humano posee dignidad sin importar la condición política, religiosa, económica, psicológica y social en que se encuentre mientras se sepa humano. Cabe aclarar que hay muchos seres humanos que tienen altas responsabilidades sociales, gubernamentales, políticas, económicas y/o recursos económicos en abundancia, que el puesto o el dinero nos los determina, ni pretenden ser tratados con distinción por su condición y que pueden alcanzar el grado de persona humana, y que también existen personas sin recursos o con discapacidades que pretenden un trato especial por su condición económica o física, esas personas tampoco son dignas, son personas asistencializadas, muchas veces quien ostenta el poder político, económico o armado tienden a asistencializar a las personas para su manipulación, así que no es extraño ver en nuestras naciones a gobernantes, a multimillonarios o a narcotraficantes, repartir comida o dinero entre los “pobres” como formas de control y apropiamiento de su dignidad.

Si quien ostenta el poder no garantiza un respeto mínimo de la condición de persona humana, obliga por necesidad a los individuos a que su vida o su integridad sean sustituidas por otro valor social. Pero también obliga a la persona humana a defender su dignidad aun a costa de su vida.

De ahí que la dignidad humana se erige como principio esencial de los valores de autonomía, de seguridad, de igualdad y de libertad. Valores que ya se fundamentan en los distintos tipos de derechos humanos.

Valores colectivos como la justicia y la libertad dejan de tener sentido si no se aplican en función de la dignidad de la persona humana. Y luchar por justicia y libertad vale la vida de miles, para que la dignidad sea garantizada para millones. La lucha y la resistencia por la dignidad de cada persona humana, es superior a la defensa de la vida misma, porque la dignidad es propia de la inteligencia y libertad, y es un valor distinto y superior a todos y que comparte el mismo espacio que la defensa de la vida de las demás especies no humanas.

Si los seres humanos no entendemos que la defensa irrestricta de la vida de las especies no humanas es igual a la defensa de la vida humana, seguiremos priorizando corruptamente a nuestra especie por encima de las especies no humanas y seguiremos siendo indignos tutores de la Tierra.

Hoy que la humanidad se siente amenazada por un virus, por un ente no vivo que coexistía en sana paz con las demás especies no humanas a las que le arrebatamos su hábitat, debemos entender qué, o transformamos de raíz nuestra relación con la naturaleza o seremos extinguidos por nuestra conducta, la Tierra no es de los humanos, no nos pertenece, somos meros tutores temporales que debemos hacer lo mejor para las generaciones que vienen, de humanos y de especies no humanas. Les pondré un ejemplo simple, cuando usamos espacios comunes en nuestra vida diaria, como la cocina o el baño, lo mínimo es dejar el espacio listo y limpio para siguiente usuario, así la Tierra; ella es la casa de todos, el espacio común de todos los humanos y las especies no humanas actuales y de todas las que vendrán, y si ya convertimos a nuestro planeta en un inodoro, por lo menos tenemos la obligación de dejarlo en el mejor estado posible para los siguientes usuarios.

No podemos dejar el mundo en manos de los virólogos

Aunque pareciera que fue hace mucho más tiempo, hoy se cumplen 4 meses desde que comenzó el contagio del coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad COVID-19, que ha puesto a la humanidad en un estado de alarma nunca antes visto, esta crisis humana ha desnudado el desmantelamiento capitalista de los servicios de salud pública para convertirlos en negocio a través de la salud privada.

Esto nos ha permitido ver las diversas reacciones de los diferentes estados, naciones y gobiernos ante la pandemia, que hasta ahora demuestra que el peor gobierno del mundo por su inefectividad es el de los Estados Unidos de América, que ya cuenta a sus contagiados por millones y a sus muertos por COVID-19 por centenas de miles. Es el mismo país que ha pretendido durante el último siglo apoderase del mundo por la fuerza de las armas, bajo el argumento de que su forma y estilo de vida es el mejor para toda la humanidad. Es el gobierno que vendió la idea al mundo, de que la aspiración de todo hombre o mujer debiera ser “el sueño americano”; hoy ese modelo de vida cae bajo su propio peso y miles de sus ciudadanos salen completamente armados a sus calles para acabar con el distanciamiento social por creer que es comunista. Esta sociedad decadente y agonizante, dirigida por quien desdeña a los especialistas y recomienda inyectarse desinfectante en los pulmones como solución al COVID-19, es hoy una muestra de la involución humana.

En el otro extremo vemos a gobiernos “controlando” la pandemia con sus fuerzas armadas, suspendiendo los derechos humanos e imponiendo el aislamiento por la fuerza, con la extraña sensación de que tal vez si apuntan bien puedan asesinar al organismo no vivo que nos mata. También podemos ver países que han dejado las decisiones sobre la pandemia a los científicos especializados y a pequeñas naciones y comunidades sin servicios de salud oficial que con organización comunitaria han ido sobrellevando la crisis con éxito.

Destacando aquellos gobiernos que con sistemas de salud pública muy robustos, han sido los menos afectados como es el caso de algunos países nórdicos y un pequeña isla en el caribe llamada Cuba, que no sólo ha contenido con éxito la pandemia en su territorio, sino que ha sido el único país del mundo con alcances solidarios internacionales, porque no es una poderosa nación económica que envía recursos materiales como China o una desvergonzada como EU que vende equipo a los demás países mientras su población muere por miles y miles a falta de este equipo, por no poder pagar la atención médica. Cuba lo que está enviando al mundo es el bien más preciado de la humanidad, que es la solidaridad a través de sus mejores mujeres y hombres especializados en la atención medica de la pandemia.

Hasta ahora en muchos de los países del mundo, incluido el que habito, que es México, han dejado las riendas en manos de los virólogos para intentar perder la menor cantidad de vidas humanas, ellos han tomado durante estos meses las mejores decisiones posibles desde su ámbito de competencia y está bien, de ninguna manera propondría que las decisiones fueran tomadas por los dueños del dinero, porque ellos ya están en resguardo y les urge que todo regrese a su normalidad en donde todo el mundo trabaja y compra, para que ellos sigan acumulando dinero patológicamente hasta que mueran, lo que me preocupa es que estamos desaprovechando la oportunidad desde esa gran tribuna que se ha generado por la expectación del virus, para hacer una gran reflexión colectiva sobre lo que es realmente importante.

Imaginen que comencemos a respetar al campo y a hablar de autonomía alimentaria, de erradicar todos los alimentos procesados del mercado, de priorizar la investigación científica al servicio del pueblo y no del mercado, de apoyar nuestras manifestaciones culturales, nuestra formación, que analicemos todos nuestros consumos, que reorientemos todo nuestro quehacer humano, que cada una de la decisiones gubernamentales para mitigar la pandemia fuera acompañada de acciones concretas por regiones para lograr la igualdad, el respeto, evitar la violencia, el consumismo, los alimentos procesados que son la causa de millones de muertes. Les quiero contar que en mi país, no es como en la mayoría de los países del mundo en dónde el coronavirus mató a los de mayor edad, en mi país la población vulnerable, somos todos, porque el 90% de la población padece obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedades cardiacas o enfermedades relacionadas con el consumo de alimentos procesados impuestos a fuerza de mercado por el capitalismo criminal, y por eso hay que decirlo; las políticas depredadoras del neoliberalismo en el mundo son las causantes del virus y las muertes humanas son responsabilidad directa del capitalismo y su estilo de vida criminal. Eso es lo que debemos estar discutiendo todos los días, urge que reflexionemos, porque pronto este virus pasará y regresaremos irresponsablemente a nuestro “estilo” de vida, hasta que muy pronto el planeta deje de gritar pidiendo ayuda y nos erradique como la plaga que hemos sido.

Todas las decisiones propuestas por los virólogos tienen la intención de preservar la vida biológica, para regresar a “normalidad” que nos llevó a esta situación, pero ninguna tiene que ver con la necesidad de una vida digna, y como hemos planteado la dignidad de la persona humana es mucho más importante que su existencia. La dignidad nos viene de nuestros ancestros y al igual que a la Tierra y al inodoro debemos dejarla lista para para los usuarios que vienen atrás de nosotros.

Muchos en el mundo estamos intentando esta discusión colectiva, muchos vemos la necesidad de no regresar a la normalidad neoliberal que terminará por extinguirnos, por lo que el mundo no puede quedar en manos de los virólogos, porque el ser humano es mucho más que existencia, por ejemplo hoy 170 académicos holandeses han planteado un manifiesto en 5 puntos basados en los principios del decrecimiento para lograr un cambio económico después de la crisis del Covid- 19, que a continuación enumero:

  1. Nunca más una economía enfocada en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), e impulsar sectores que deben crecer y requieren inversión (sectores públicos críticos, energías limpias, agricultura, educación, salud) y sectores que deben decrecer radicalmente (petróleo, gas, minería, publicidad, etc)
  2. Construir una estructura económica basada en la redistribución. Que establece una renta básica universal, un sistema universal de servicios públicos, un fuerte impuesto a los ingresos, al lucro y la riqueza, horarios de trabajo reducidos y trabajos compartidos, y que se reconozca los trabajos de cuidados.
  3. Transformar la agricultura hacia una regenerativa. Basada en la conservación de la biodiversidad, sustentable y basada en producción local y vegetariana, además de condiciones de empleo y salarios agrícolas justos.
  4. Reducir el consumo y los viajes. Con un drástico cambio de viajes lujosos y de consumo despilfarrador, a un consumo y viajes básicos, necesarios, sustentables y satisfactorios.
  5. Cancelación de la deuda. Especialmente de trabajadores y poseedores de pequeños negocios, así como de países del Sur Global (tanto la deuda a países como a instituciones financieras internacionales)

Aquí el manifiesto completo en inglés: https://cutt.ly/6yh06zf

Estos simples 5 puntos exigen una discusión local, regional y global de asuntos realmente importantes, porque si pensamos un poco:

  1. En el primer punto, se tendría que eliminar la producción de petróleo, la minería y la publicidad; para comenzar.
  2. En el segundo punto, se plantea la redistribución equitativa de la riquezas, la transformación de la relación laboral y un punto importantísimo que OXFAM puso en la mesa este año en el Foro Económico Mundial que es el reconocimiento y pago justo por los trabajos de cuidados, que no son solamente el de los médicos y enfermeras, sino y mucho más importante el de los cuidados en casa, la valoración del trabajo principalmente femenino en los hogares de cuidados, que han evitado que esta pandemia extinguiera la humanidad. (Aquí mi artículo sobre el Foro: Un mundo una lucha)
  3. El tercer punto aborda la necesidad de asumir la agroecología como sistema de siembra universal, la eliminación de los agronegocios y la agroquímica, garantizando una retribución digna a los campesinos por alimentarnos y eliminar el consumo de carne.
  4. El cuarto punto nos habla de acabar con el turismo depredador y con los lujos.
  5. El quinto punto propone eliminar la deuda de los trabajadores, la de los pequeños negocios y de la de los países que como México deben destinar miles de millones de dólares cada año para pagar sólo los intereses de una deuda que no es del pueblo y que adquirieron los gobiernos neoliberales para enriquecer a las familias más ricas del mundo.

Por todo esto planteamos que es necesario que la dignidad de la persona humana es mucho más importante que la vida y que debe regir de ahora en adelante y para siempre toda acción de la vida humana; la agenda mundial. Y si no quieren cambiar no se preocupen porque no es necesario, la supervivencia no es obligatoria.

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La vida es una construcción consciente.
Iván Uranga

@CompaRevolución

iuranga@cnpm.mx

Aquí puede consultar más de 100 artículos anteriores del mismo autor: Iván Uranga en www.julioastillero.com

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