Los Alimentos en la Nueva Constitución

La Nueva Constitución que se elabora en el Nuevo Congreso Nacional Constituyente, al margen de las instituciones y de la clase política, es considerada por algunos como la mejor constitución del mundo, pues logra romper los parámetros del pensamiento capitalista para pensar algo realmente nuevo y que vaya a la raíz de los problemas.
Pero es muy imperfecta aún. Requiere mayor participación ciudadana y sustento organizativo en concejos locales de gobierno, articulación con otros movimientos constituyentes, una redacción más sencilla y la discusión de temas que aún tienen tintes del actual sistema.

Además, hay detalles que requieren énfasis, como la calidad de la alimentación, porque dicha propuesta de ley se preocupa por garantizar la alimentación de todos, como se hace en Corea del Norte, con producción suficiente para tener soberanía alimentaria, pero no enfatiza qué tipo de alimentación. Y es que también importa lo cualitativo, pues de esto depende mucho la salud pública.

El artículo 30-b establece el “derecho imprescriptible de acceder a alimentos nutritivos”, es decir, al alcance de todos, si bien no se responsabiliza de la alimentación nutritiva pues se considera que ésa es una decisión de cada familia y forma parte de la educación.

Sin embargo, no se mencionan los alimentos transgénicos, muchos de ellos probados como nocivos para la vida y que abundan en el mercado, crudos o procesados. A su favor, se argumenta que la humanidad ha manipulado la genética durante miles de años mediante la selección de semillas, injertos y otras técnicas. Pero se replica que nunca había sido modificada la estructura molecular como en los últimos 50 años, por ejemplo para producir plantas con características animales o viceversa, ni se habían saltado procesos evolutivos de cientos o miles de años. Se tenía un respeto del tiempo que ahora no existe.

Dicha manipulación genética trajo las deformaciones en seres vivos que nacen irreconocibles en su especie. Por eso, la nueva ley debe fomentar las tradiciones ancestrales agropecuarias que han sido probadas milenariamente, vigilando las prácticas de laboratorio cuyos resultados son inciertos en el corto y largo plazo.

Por otro lado, ha disminuido la calidad alimenticia con la refinación y procesado de alimentos, y se añadieron sustancias tóxicas para preservarlos en los anaqueles o para modificar las características físicas; o para ahorrar dinero. Así, quedaron libres de nutrientes los alimentos básicos como el agua, la sal, la leche, las harinas de granos, el azúcar y muchos otros que se consumen directamente o son la materia prima de los alimentos procesados. Esto ha causado múltiples enfermedades.

Es menester que la nueva ley fomente la producción orgánica de alimentos, libre de tóxicos y de manipulación molecular, que lleguen a los mercados locales y al consumo nacional.

Además, se propuso, la educación en medicina y para la salud en el ámbito escolar.

Fuente: Número 242 de la revista Kgosni

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