Se instala Nuevo Congreso Nacional Constituyente

De izquierda a derecha:Pablo Ramírez y Rocío Rosete (secretario y presidenta de la mesa), Dra. Lisbeth Padilla, Lic. Alberto Montoya, y Héctor Cerezo.

Alrededor de 80 delegados de distintos estados del país acudieron a la primera sesión del Nuevo Congreso Nacional Constituyente, del 13 al 15 de octubre en la ciudad de México.

Se trata de un Congreso alternativo al Congreso de la Unión, donde participan ciudadanos propuestos por diferentes comunidades y organizaciones civiles, a manera de «diputados alternativos», gente que la clase política no considera importante y que aquí se llaman delegados. Su materia de trabajo es elaborar una nueva Constitución a partir de una propuesta elaborada durante más de 2 años en más de 20 talleres de análisis y diseño constitucional, donde han participado especialistas de todo tipo, organizaciones civiles y gente del pueblo.

Antes de iniciar los trabajos, el Lic. Alberto Montoya ofreció una conferencia brillante, fundamentando con datos históricos el surgimiento de las rebeliones y las rebeldías. «El tema de la justicia es el tema central», afirmó, y «hay un derecho de rebelión cuando se impide la libertad». En seguida, Lisbeth Padilla denunció que la economía reside hoy en las corporaciones transnacionales, que no tienen patria. Y criticó el sistema jurídico: «Es una aberración que se aplique la ley a quien no la conoce». Por su parte, el defensor de derechos humanos Hedor Cerezo, presentó un informe sobre violaciones graves en esta materia; y comentó que ya se reconoce el derecho humano al agua.

El primer paso de esta primera sesión fue sentar las bases del Congreso: su instalación formal con la entonación del himno nacional en idiomas náhuatl y español, la toma de protesta y la aprobación del reglamento de sesiones.

Cada párrafo, renglón, palabra y hasta cada coma pueden ser motivo de intervención, sobre todo por la gran variedad de perspectivas sociales y filosóficas. Lo que une a todos es la construcción de un país diferente, de un México que nos lo han robado. Y usando métodos diferentes a la derecha: mediante el diálogo, la cooperación y la construcción colectiva; no por medio del debate que divide y confronta, propio del sistema de partidos.

Con este Nuevo Congreso se da formalmente iniciado un nuevo gobierno, alternativo y paralelo al gobierno oficial, de manera autónoma e independiente, que no representa a todos los mexicanos sino a todos los que se quieran ver representados en él, empezando por los que participan en este Congreso.

— ¿Es como un gobierno privado o particular? —preguntaba un compañero de Poza Rica en alguna reunión.

En efecto, comienza como un gobierno particular entre un grupo de personas que se ponen de acuerdo y dicen, «este gobierno oficial no nos representa formemos uno propio». Y a media que la gente se va sumando, va siendo menos particular y más público. Hasta que, llegado el momento, habrá un gobierno alternativo más fuerte que el oficial: con una nueva clase política de ciudadanos honestos, una perspectiva sustentable de país y un rumbo hacia el buen vivir de todos. Ciudadanos que por ahora se ven obligados y atados a convivir con un gobierno oficial que les es impuesto, pero que lo desobedecen siempre que les es posible, al tiempo que van construyendo una nueva nación.

Otro compañero de Papantla decía, «Es como el árbol del Amate: su semilla crece desde la copa de un árbol viejo, distinto, y lo va secando hasta que llega a la raíz como un nuevo árbol». Con ello, sin saberlo, parecía estar hablando del «Árbol Social» (antes utilizado para el análisis de coyuntura y cuyas raices se encuentran en la economía): desde nuevas formas de pensamiento ideológico, rebelde, y una mejor organización política, la economía puede quedar en manos del pueblo.

En el Congreso se explicó que este movimiento constituyente es diferente a muchas luchas que aún se encuentran en el formato de la protesta, esperando algo del gobierno. En cambio, aquí «se dejan las luchas de contención y de defensa para sumarse a las luchas de transformación», decía Humberto, porque «lo importante no es comprender al país sino transformarlo», agregó otro.

En efecto, mientras muchos ponen su esperanza en el voto o en las autoridades oficiales, otros construyen un nuevo país por la vía de los hechos y de las autonomías. Unos forman municipios, otros tienen policías y sistemas de justicia comunitarios, hasta ejércitos; otros forman mercados alternativos y articulan regiones económicas; otros cuentan con empresas cooperativas al margen de las instituciones, servicios públicos comunitarios, monedas propias, incluso otros parámetros para medir las cosas; otros modelos educativos, escuelas de capacitación y centros de estudio; radios comunitarias, prensa popular y canales de televisión alternativos; y hay quienes construyen nuevos congresos, nuevas leyes y hasta constituciones… hay un nuevo país en marcha que las clases en el poder no quieren ni pueden ver.

Luego, entonces, se comenzó por revisar las primeras líneas de la Nueva Constitución, el Preámbulo, habiendo momentos de discusión álgidos, como lo relativo al artículo 39, que establece el derecho a la soberanía del pueblo. Pablo Ramírez, de Hidalgo, hizo la importante observación de que la soberanía es un derecho natural de los pueblos, que no puede verse acotado o condicionado por una ley, es decir, un movimiento independentista de este tipo no necesita ser legal.

Al respecto, Alejandro Pohlenz explicó otro aspecto esencial, a saber, que los derechos no son naturales sino históricos. Con ello estaba diciendo que los seres humanos no nacen con derechos sino que éstos resultan de las relaciones humanas en determinados momentos de la historia. A raíz de esto, se opinó que los derechos humanos son un asunto de relaciones políticas y sociales, donde los derechos aparecen como un reclamo cuando otros seres humanos no respetan las necesidades inherentes a cualquier persona; «en una sociedad de respeto no habría necesidad de derechos humanos», pero en nuestra sociedad cada vez hay menos respeto y cada vez aparecen más derechos… «¡llegará el momento en que se reclame hasta el derecho a respirar!», lo cual es signo de decadencia civilizatoria.

Se dijo que la palabra derecho se usa de varios modos, a veces como sinónimo de necesidad, que no siempre es un derecho. «La soberanía es una necesidad humana, una facultad o propiedad inherente de los pueblos, incluso de sentido común, evidente, natural, pero no por esto es un derecho jurídico. «En cambio, sí lo es cuando históricamente nos la han arrebatado, porque el pueblo se ve obligado a reclamar lo que le pertenece». En suma, hoy la soberanía es ambas cosas: una necesidad natural y después un derecho histórico.

Al final, cada delegado eligió al menos una comisión de trabajo permanente, y quedó como tarea la consulta de los nombres para esta Nueva Constitución y este nuevo país.

Fuente: Kgosni 233-¿PAPA HEREJE?

2 comentarios en «Se instala Nuevo Congreso Nacional Constituyente»

  • el 7 noviembre, 2017 a las 2:46 pm
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    Me interesa toda la informacion posible para establecer una extensión de este nuevo congreso. Y como sostenerlo, en su proceso y establecer todas las instituciones locales, con forme todo el proyecto que tienen.

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  • el 8 noviembre, 2017 a las 3:49 pm
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    Pues me gustaría q para el
    norte del país, (Sinaloa) en
    concreto,se divulgara ,se diera
    mas información de estas
    comitivas ,o asambleas
    constituyentes ,ya q me
    interesa mucho ,saber el
    desaroyo de este parlamento ,e,
    incluso ,integrarlo como
    Mexicano a soy y,opuesto
    al régimen oficial.Jwsus

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